Por: Maia Seeger P.
El propósito de este artículo es describir la experiencia concreta de una comunidad afectada por un megaproyecto propuesto para financiamiento del BID con el mecanismo de rendición de cuentas y reparación del Banco, conocido como MICI. La queja, pese a estar bien documentada, no fue admitida a consecuencia de información equívoca entregada por el propio banco y en base a criterios poco claros acerca del estatus de aprobación de la operación de financiamiento. Han pasado casi dos años desde que las comunidades hicieran llegar al banco los antecedentes que evidencian múltiples irregularidades e incumplimientos del proyecto con las políticas y salvaguardas ambientales y sociales de BID-Invest. El proyecto sigue en carrera y los pescadores artesanales de Tocopilla se encuentran en la más absoluta indefensión.
La Planta Desalinizadora Radomiro Tomic es un megaproyecto de mil millones de dólares, que impulsa la empresa estatal chilena CODELCO en la Región de Antofagasta, con objeto de producir aguas industriales para sus operaciones mineras en el distrito norte. El proyecto postula a financiamiento de BID Invest y ha sido rotulado por el banco con elnúmero 12277-01.
Sustentarse tomó conocimiento del proyecto en mayo de 2018, a través del Sistema de Alerta Temprana, una plataforma internacional administrada por organizaciones de la sociedad civil que permite monitorear proyectos de inversión financiados por 13 bancos multilaterales. Algunos antecedentes del proyecto llamaron nuestra atención.
El proyecto interviene una superficie total de 530 hectáreas, emplazadas en tres comunas de la Región de Antofagasta: Tocopilla, María Elena y Calama. La parte principal es la obra marítima, que se emplazará en el borde costero del océano Pacífico, 14 Km al sur de la ciudad de Tocopilla, y que incluye la planta desaladora propiamente tal.
Nos pareció curioso que un proyecto de mil millones de dólares -esos montos son poco frecuentes en Chile- , calificado por el propio Banco como de alto riesgo ambiental y social, haya obtenido su licencia ambiental a través de un procedimiento abreviado denominado Declaración de Impacto Ambiental o DIA. La lógica indicaba que se requería un Estudio de Impacto Ambiental o EIA. No entraremos en detalles sobre lo llamativo de esta modalidad de ingreso al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA); el hecho es que la autoridad había dictado una Resolución de Calificación Ambiental favorable al proyecto el 6 de marzo de 2018.
Revisamos el expediente electrónico de evaluación ambiental y constatamos la oposición de numerosas comunidades indígenas y de organizaciones de pescadores artesanales. Numerosos actores habían solicitado la apertura de un proceso de participación ciudadana (PAC), petición que fue denegada por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Crónicas periodísticas de la zona daban cuenta de movilizaciones públicas de comunidades de Tocopilla en oposición al proyecto.
Advertimos, además, que una asociación integrada por ocho sindicados de pescadores artesanales y más de 250 pescadorxs, AsopescaTocopilla A.G., había presentado un recurso de reclamación, solicitando se dejara sin efecto el permiso ambiental, denunciando una serie de ilegalidades y vicios irremediables del procedimiento de evaluación. La reclamación había sido declarada no admisible por la autoridad.
Tocopilla, Zona de Sacrificio Ambiental
Nuestro análisis preliminar permitió establecer que el proyecto se emplazaría en una “Zona de Sacrificio” ambiental y que no sólo generará enormes impactos en el borde costero, sino además el desplazamiento económico y la violación de derechos humanos de comunidades de pescadores tradicionales y herederos de los pueblos changos, que desarrollan sus actividades en esas costas desde tiempos inmemoriales. Pese a todo lo anterior, el proyecto fue aprobado sin consulta ni participación ciudadana.
Una encuesta realizada en noviembre de 2018, para consultar las percepciones y experiencias de los socios de Asopesca Tocopilla en relación con el Proyecto arrojó resultados concluyentes: el 90% no recibió información acerca del Proyecto por parte de la empresa o la autoridad, el 77% señaló que no fueron consultados y el 70% sostuvo que CODELCO no ha mostrado interés en escuchar a las comunidades.
Nos preguntamos entonces, ¿Cómo puede un proyecto de esta envergadura y con estas contingencias socioambientales ser considerado por el BID -en este caso su brazo privado, BID-Invest- para una operación de financiamiento? ¿Cómo puede el BID mantener en su cartera de proyectos propuestos una iniciativa de alto riesgo ambiental y social que ni siquiera cumple con sus propias políticas?
Contactamos a la dirigencia de Asopesca Tocopilla A.G. y le ofrecimos apoyo para recurrir a los mecanismos previstos por el BID para mediar en este conflicto socioambiental. Recomendamos comunicarse con el Banco antes de la fecha de revisión y aprobación de la operación de financiamiento del proyecto por la Junta Directiva, prevista para agosto de 2018.
Infografía con resultado de encuesta a pescadoros artesanales de Tocopilla. Un 90% no recibió información; un 77% no fue consultado en relación con el proyecto Planta Desaladora RadomiroTomic.
Con apoyo de Sustentarse y nuestra aliada International Accountability Project, Asopesca Tocopilla A.G. escribió una carta dirigida a la Junta Directiva del Banco, haciendo presente su oposición al proyecto, entregando numerosos antecedentes para respaldar su posición, y solicitando rechazar el financiamiento del proyecto, en tanto no se subsanaran los incumplimientos con las políticas y salvaguardias ambientales y sociales del propio Banco. La misiva fue enviada por correo electrónico a cada uno de los integrantes del Directorio el 17 de agosto de 2018.
Los siguientes párrafos ilustran el tenor de la carta:
“Consideramos que el Proyecto vulnera nuestros derechos y constituye una amenaza para nuestros asociados, nuestro mar, nuestro territorio, nuestras tradiciones y nuestra subsistencia. Hacemos presente que como Asociación no nos oponemos al desarrollo del país y, en particular, de una empresa que pertenece a todos los chilenos, como es la Corporación Chilena de Cobre o CODELCO, pero esperamos y exigimos que sus proyectos sean transparentes, sustentables y que respeten los derechos de todas las partes interesadas”.
Pescadoros artesanales asociados a Asopesca Tocopilla se reúnen en dependencias municipales para analizar una estrategia comunitaria para enfrentar el proyecto de Planta Desalinizadora Radomiro Tomic (0ctubre de 2018).
El Banco acusó recibo del correo de la asociación de pescadores artesanales, pero no hubo reacciones a la petición concreta. ¡Ninguna respuesta! Por otras fuentes nos enteramos de que la revisión del proyecto por la Junta Directiva había sido postergada. La misma fuente nos informó algunos meses después que el financiamiento del proyecto se había aprobado el 4 diciembre de 2018, pese a incumplir las políticas operativas y directrices institucionales del BID.
Los pescadores artesanales quedaron desconcertados. Habían puesto sus esperanzas en las políticas y los mecanismos del Banco. Pero sí se generaron algunas reacciones.
La titular del proyecto, CODELCO -la mayor empresa pública de Chile y principal minera de cobre en el mundo- que no había mostrado interés en el diálogo con los pescadores, se acercó a Asopesca Tocopilla. Ofreció un aporte voluntario de inversión comunitaria, baja la norma corporativa NCC N°39, para contribuir al desarrollo de la comunidad.
Donaciones o fondos para proyectos productivos, a cambio de la renuncia total de los pescadores a ejercer acciones legales posteriores para defender derechos vulnerados y exigir indemnizaciones y compensaciones. Ese no era el diálogo que esperaban los pescadores y tampoco se respetada el Protocolo de Consulta de la asociación. Los ánimos se crisparon. Las bases sindicales pidieron salir a las calles y tomar las carreteras.
En señal de protesta, Asopesca Tocopilla A.G. organizó una caravana hacia Calama, 136 km al interior de Tocopilla, corazón de las operaciones mineras del Distrito Norte de Codelco. Por primera vez en la historia se vieron botes pesqueros desfilando por las áridas calles de esa desértica ciudad chilena. (Ver aquí)
La vía del MICI
IAP y Sustentarse recomendaron entonces a Asopesca Tocopilla A.G. recurrir al Mecanismo Independiente de Consulta e Investigación (MICI) del BID para su intervención en el caso. ¿Qué es el MICI?, preguntaron los pescadores. ¿Para qué sirve? Esa sigla abstracta estaba lejos de su mundo, las costas tocopillanas que heredaron de sus antepasados, los changos, y de las prácticas ancestrales como recolectores de orilla y pescadores, como el buceo a “todo pulmón”.
Ante la incertidumbre, la asamblea optó por recurrir a la vía del MICI y la suspensión de cualquier movilización social. Pero la política y los procedimientos del MICI son engorrosos. Se requiere cumplir con numerosos criterios técnicos, recopilar y aportar numerosos antecedentes: legales, organizacionales, testimoniales. Eso toma mucho tiempo y trabajo.
Con el apoyo de IAP y Sustentarse, Asopesca Tocopilla se contactó con el MICI para solicitar orientación sobre los pasos a seguir. El equipo del MICI fue solícito y animó a los pescadores artesanales a preparar la queja.
Entonces, por primera vez, representantes de la administración de BID Invest se contactaron con los reclamantes. Era mayo de 2019, casi un año después de la carta que la Asopesca Tocopilla A.G. había dirigido a la Junta Directiva del Banco. En síntesis, sugirieron esperar con la presentación de la queja, señalando que, si bien el financiamiento de la Planta Desaladora estaba aprobado, se debían cumplir algunas condiciones. Codelco había iniciado un proceso de licitación internacional para la construcción y operación de la Planta Desaladora (mediante un instrumento llamado contrato BOOT, acrónimo para el inglés “Built, Own, Operate & Transfer”. Recién una vez que Codelco adjudicara ese contrato –se presumía que en agosto de 2019- el consorcio adjudicatario eventualmente solicitaría el préstamo al Banco y éste se concedería una vez realizada una debida diligencia ambiental y social (DDAS). El equipo de proyecto aseguró que informaría de cualquier novedad en el estatus de la operación de financiamiento.
Pasaron los meses, sin más noticias. Hasta que, en diciembre de 2019, Asopesca Tocopilla A.G. se enteró por los medios de comunicación que Codelco había adjudicado la construcción y operación de la Planta desaladora a un consorcio de internacional. Dicha adjudicación y su posterior anulación dan para otra historia.
Ante el silencio total del Banco, Asopesca Tocopilla siguió adelante con la preparación de la queja, la que fue ingresada al MICI el 18 de enero de 2020 con el número MICI-CII-CH-2020-0153. La queja incluyó un testimonio audiovisual de dirigentes sindicales.
El sitio web del banco seguía informando como fecha estimada de aprobación del financiamiento para la Planta Desaladora el mes de noviembre de 2018, es decir, más de un año atrás, amén de otros antecedentes incorrectos y/o desactualizados (ver ilustración).
MICI disponía de cinco días para el análisis de elegibilidad de la queja. Durante ese lapso, el equipo de MICI sostuvo una reunión virtual con los dirigentes de Asopesca, en que los felicitó por la completa documentación aportada. Se habló de la próxima visita del equipo de MICI a Tocopilla, para iniciar el proceso de revisión de la queja. Sin embargo, el 24 de enero de 2020 los pescadores recibieron una comunicación desalentadora de parte del MICI en que se les notificaba que “su Solicitud referente al Proyecto “Planta Desalinizadora Radomiro Tomic” (12277-01) no puede ser registrada por el MICI dado que el Directorio Ejecutivo (…) aún no ha aprobado la operación”.
Sustentarse, en nombre de Asopesca Tocopilla, responde el 27 de enero de 2020 al MICI mediante una nota en que señale que, junto con haber tomado conocimiento de que el No Registro se fundamenta en la política de MICI de excluir las solicitudes relativas a operaciones que aún no han sido aprobadas por el Directorio Ejecutivo, hace presente la falta de transparencia del Banco respecto del procedimiento de aprobación de una operación y el estatus del Proyecto y el incumplimiento de su Política de Acceso a la Información.
Estatus del proyecto Planta Desalinizadora Radomiro Tomic publicado en la página web de BID Invest. La fecha de aprobación informada es el 27 de noviembre de 2018. Pantallazo tomado el 26 de enero de 2020, a las 19:53 horas.
Las disculpas del BID
MICI se comunica nuevamente con Asopesca Tocopilla el 10 de marzo de 2020, informando que BID Invest ha actualizado la información del proyecto en su sitio web y que ahora se reporta como “proyecto en espera”. Finaliza señalando que, “Entendemos la confusión que el procedimiento de ‘aprobación condicional’ pudo haber generado pues es un procedimiento atípico y buscaremos ser más claros en comunicaciones futuras”.
El 17 de marzo de 2020, MICI incluye en copia a Asopesca Tocopilla en un correo dirigido al equipo de proyecto de la administración de BID-Invest, en que señala lo siguiente:
“…el proceso MICI no puede activarse en este momento ante el estado que guarda la operación que se encuentra ‘en pausa’.Si bien por el momento está suspendida cualquier actuación del Grupo BID, en caso de que exista la participación de BID Invest y existan cambios en el estado del proyecto, sería la Administración quien deba informar sobre cualquier modificación y, en su caso, atender las preocupaciones que pudieran surgir, como se menciona en la Política MICI-CII. Asimismo, les informamos que en caso de que BID Invest decida financiar este Proyecto y si consideraban que preocupaciones no han sido atendidas podrían volver a presentar un reclamo con MICI”.
Entonces Asopesca Tocopilla contestó con un último correo electrónico. Reproducimos parte de este mensaje, como conclusión de la experiencia de la comunidad con el BID:
“Sigue pendiente un pronunciamiento del Banco en relación con nuestra petición de evaluar la posibilidad de un trabajo preventivo de mediación por parte del MICI que permita evitar una potencial escalada del conflicto socioambiental en este proyecto. Dado que el financiamiento de la operación no ha sido descartado por el Banco, y el proyecto volvió al estatus de “en espera”, es nuestra preocupación que -conforme lo contempla la política actual del MICI- el volver a recurrir a este mecanismo podría ser tarde. La comunidad pesquera artesanal es testigo de la realización de constantes actividades del titular del proyecto, Codelco, en el área previsto para el emplazamiento de la planta desaladora, de lo cual existen registros gráficos y audiovisuales, que genera ansiedad y molestia.
Con respecto al contacto con la Administración, tanto Asopesca Tocopilla A.G., como las organizaciones que la apoyan en este proceso, i.e. IAP y Sustentarse, tenemos fundadas aprehensiones respecto de la efectividad de dichas comunicaciones”.
En abril de 2020 el BID lanzó su más reciente publicación del Programa MICI Reflexiones denominada Fase de Consulta: Nueve años de experiencia en resolución de disputas 2010-2019, como parte de las celebraciones del 10° aniversario del mecanismo. El documento presenta una revisión del proceso de resolución de conflictos, los casos que se han gestionado y los resultados obtenidos.
Esperamos que la experiencia de los pescadores artesanales de Tocopilla pueda aportar nuevos antecedentes para mejorar las políticas, los procedimientos y criterios del banco, con objeto de facilitar el acceso de las comunidades afectadas a este mecanismo de resolución de controversias, y de otorgar al MICI mayores atribuciones para una intervención más temprana, evitando conflictos socioambientales que significan una carga para todas las partes.